miércoles, 7 de agosto de 2024

Los renglones de mi partitura

Parto del deseo
pero me mueve la posibilidad 
y por supuesto 
el derecho a cambiar de opinión.
Pongo el foco 
en el resto
aunque sea yo
quién describa el objetivo 
y pase lo que pase,
en ultima instancia,
yo también tendré 
el derecho legítimo
a marcharme.

Me dirijo con las ideas claras
a Tirso de Molina,
en transporte público 
y a solas,
como a mí me gusta.
Buscándole una explicación,
una intrahistoria 
para cuando me den permiso
de contar la mía.
Una canción de 2018,
el mejor año de mi vida,
diez años después 
del mejor disco de la historia,
como los diez renglones
repartidos en dos párrafos.

En mi brazo derecho,
con todo el estilo de mi mano,
con toda la fuerza 
de su hermano mellizo,
el izquierdo.
De mi puño y letra,
con el que te cuento 
todo lo que tiene 
que ser contado sin mordazas.
Desde mi refugio 
en tu portal,
son ya muchos años,
ya era hora de inmortalizarlo 
hasta que solo seamos
hueso y ceniza.

Una llamada urgente 
a las musas,
a la improvisación,
a la espontaneidad,
a la intuición,
a los significados.
Canciones y cuentos 
sin final 
porque puede 
que nunca llegue,
que nunca entre,
que nunca vuelva.
La voluntariedad 
y el consentimiento 
de estar o no estar
con completa libertad.

Ofrecerse a l@s demás 
puro, sincero, comprometido.
Pero también darme la vuelta 
habiéndome despedido 
humilde y honesto.
Ofrecérmelo a mí mismo.
Filosofía en vena
y acordes regadera.
Porque yo sí que soy
dueño de mis emociones,
y de mis decisiones,
y de las putas partituras 
que quiera componer y componerme.

Te invito a cruzar 
la puerta conmigo,
que comience la función 
de conocernos sin prejuicios
y si no quieres 
te espero al otro lado 
de pie y con la mirada asamblearia.
Espero que esperes 
lo mismo de mí,
porque si no,
hasta luego y menos ver.
Te lo escribo a ti
que me lees,
lector, lectora,
quien seas,
sabes a lo que atenerte.

Pues todo eso y más significa.
Expresar sin condiciones 
ni limitaciones,
sin antiguas cadenas 
que te amarren 
a mares extintos.
Desde la piel más suave 
hasta la más arrugada,
con coros que nos avalen 
y una orquesta 
que nos dignifique,
a ti y a mí,
seas quién seas,
a ti y a mí,
con las ventanas sin cerrar,
la puerta abierta 
y la cama sin hacer.

A partir de ahora 
podrás mirarme,
hablarme 
y hasta leerme.

Me acuerdo de tí, me cago en tus muertos!"


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