en uno de los buses
del barrio
que conecta con el centro.
Precisamente hablaba
con una colega
por la mañana
de la importancia
de centralizarlo todo
cerca de tu vivienda,
calidad de vida concluimos.
Se sabe el nombre del barrio,
del cole al que va,
de la calle, número y piso
en el que vive,
también la fecha de su cumple,
nació en un día con niebla.
El amor por la comunidad
te viene de tus pamadres.
Las cosas que nos importan
merecen su nombre propio,
como nuestra casa,
que se llama La Mariana
desde que existe,
también te lo sabes.
No es que le guste,
es que le encanta
y eso no es sentir
por encima de sus posibilidades,
sino hacer honor
a lo que uno realmente siente
y cómo lo siente.
Un sentimiento de pertenencia
sin gentrificar,
sin guetos, sin bulos.
Y me lo cuenta
con su gesto achinado
y sus hoyuelos en las mejillas.
No sabemos dónde acabaremos
ni por dónde transitaremos,
pero sí tenemos claro
de dónde venimos.
Kilogramos de felicidad.
Conciencia de clase
que te construye como persona
y ciudadana,
como vecina y compañera.
Todavía te acuerdas
de cuando fuimos
a limpiar el monumento
a las Brigadas
de pintadas nazis,
que también forma parte
de los recuerdos relevantes.
Si existiera un programa
que contabilizase
las palabras más utilizadas
del BLOG,
seguro que aparecerían
las de nazi, dignidad
y BARRIO,
por algo será.
Recientemente,
el nuevo concejal presidente
de Vicálvaro,
un tal Ángel Ramos
del partido corrupto
del Partido Popular,
tomó la decisión
de desmantelar la Plaza de las Mujeres
con todos sus homenajes.
A los pocos días,
las vecinas se reunieron
y lo volvieron a ambientar
para que a nadie
se le olviden los nombres
de las mujeres, niños y niñas
asesinad@s y afectad@s
por la violencia machista.
Ese es nuestro barrio,
el que trasciende
a unas instituciones
diseñadas para los de arriba.
Nosotras nos casamos
en la Junta de Distrito
del barrio
y el casamentero fue
un viejo comunista.
En 15 minutos
salíamos por la rampa,
llenas de granos de arroz
para desembocar
en la Plaza de Don Antonio de Andrés,
el mítico doctor
del pueblo de Vicálvaro
hasta 1951.
Estuvieron las que
tenían que estar.
Las tenderas
del mercado municipal,
las farmacéuticas
con cuenta-monedero,
el pan de Xú,
las libreras de cabecera,
las floristas, las zapateras,
las estanqueras y las camareras,
son todas nuestro barrio.
En una evidencia
que nos flipa Vicálvaro
y de donde se es,
pereceremos.
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