ni me ha pasado nada
medianamente grave
en cuanto a salud se refiere.
Pasada la adolescencia
dejé de darle importancia,
y si alguna vez lo hice,
fue desde una posición alejada.
La CPK por las nubes,
lo que me provocaba rotura
de fibras en los cambios de esprint;
así que a comer
mucho plátano
para subir los niveles de potasio,
tanto,
qué le cogí asco.
Pareciera que tuviera
una verga en la boca,
eso me dijo el médico
de urgencias
cuando se me inflamó
la glotis por primera vez.
Alergia desde los 14 años
a algunos alimentos,
plantas, ácaros y productos
químicos potentes.
Y unos puntos en la mano
que fue lo que más dolió
a nivel ético y moral.
Poco más.
Ahora la cosa no
ha cambiado demasiado,
solo que poco a poco
he decido mirármelo.
Cita a cita,
especialista en especialista,
centro de salud cerrado
a centro de salud cerrado.
Quizá, el punto de inflexión
haya sido con la llegada
de la segunda cachorra,
la cual no sé a qué huele
porque he perdido
totalmente el olfato
y por tanto el sabor .
Y no tiene que ver
con el puto Covid.
Antes de que llegara
la pandemia
ya no discernía
a qué olía
el contenido de un pañal.
No saber cómo huele
mi hija,
ha sido lo que me ha trastornado.
Lo que me estoy perdiendo.
Puede que sean señales
que me indican
que ha llegado el
momento de reaccionar.
Papilomas en las
plantas de los pies,
abscesos monstruosos
en las axilas
y nuevos episodios
de la puta glotis
que hacen
que me tenga que pinchar
Urbason en el culo.
Y hablando de culos,
esas jodidas protuberancias
que salen del ano.
En fin,
que no está de más
mirarse a uno mismo
en este sentido
y sí que está de menos
dejarlo pasar.
Que fumo mucho
y tengo sobrepeso
vale para justificar todo,
vale,
pues me quito del pan
y de algún piti,
recordad,
muy poco a poco.
¿Salir a correr
o hacer deporte?
Ni muerto.
Suficiente que lidio
con los largos plazos
y una sistema
en su punto más álgido
de déficit.
¿Que por qué de esto último?
Porque votáis lo que votáis
panda de cabrones.
Yo prometo mirarme
más a partir de ahora,
y vosotr@s,
con vuestros votos,
dejad que nos sigamos mirando.
Si no empezamos
por la salud,
sea cual sea,
¿qué nos queda?
y sobre todo,
¿quién nos va a salvar?
Porque Dios,
ha quedado claro ya que no.
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