Tod@s tenemos
cuentas pendientes
y en nuestra mano
está saldarlas
u obviarlas.
Voy a zanjar la mía:
Es verdad
que tú me debes dinero...
...pero es que yo,
te debo la vida.
No es exceso
de romanticismo
ni una exageración
melodramática,
solamente
es lo que debo,
y pienso quedarme
a cero.
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