La sensación
de soltar
el aire
contenido
de temor
y preocupación.
Vaciarse
como
en un parto
y encontrarte
con la oportunidad
de tu vida.
Equilibrar
prioridades
y cuidar
los pequeños
detalles.
Suspirar
con fuerza
y sin vergüenza
mientras
se deshace
el nudo
que te paralizaba.
En definitiva
mirar
con otros ojos
y darse cuenta
que todo
está bien,
que todo,
está en su sitio.
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