voy a parar a la Calle Tertulia,
ancha vía de abiertos bares
para poder hablar y follar,
un poco más libres.
Calles afluentes con bonitos nombres
donde no importa
si los adjetivos van delante o detrás.
Con la misma luz
de día que de noche,
retumban
a los ojos cansados;
te invitan a café
paseando de la mano.
No hay calles cortadas
ni esquinas con trampa.
No te cuesta andarlas.
Te ubicas cómodo.
Desembocan unas en las otras
al desnudo.
Se alquilan.
De dominio público.
Infieles festivas.
Testigos diarios
se deben a su
secreto profesional.
Perpetuas
se cuelan en eventos
en los que no han sido invitadas
Las recorres en caricias
sin abrigo,
con amig@s o sin ell@s,
soledades aparte.
Cuando cierren por obras
quedamos,
¡Y allí nos vemos!
Imágenes sacadas en horas prohibidas
en el barrio de Ciudad de los Ángeles.
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