miércoles, 30 de octubre de 2024

No quiero ser aliado

El caso del agresor sexual
de izquierdas me ha afectado
demasiado,
como si fuera la primera vez
qué ocurre o como si estos
personajes nunca hubieran existido.
Esto pone de manifiesto varias cosas 
y siento que a veces 
tenga que haber un golpe de efecto 
para darme cuenta,
pero lo aprovecho y lo recojo 
para intentar asumir
mis precariedades.

Una de los aspectos 
que se ponen de relieve 
(no voy a seguir un orden
por importancia 
de mayor a menor,
sino como me va saliendo)
no es el hecho de que sea 
de izquierdas,
sino que todavía
no estasmos preparados
para asumir
que por cultura, historia
y evolución,
somos potencialmente
no solo agresores,
sino violadores 
por el hecho de ser hombres.
Ahora lo he visto claro,
Ahora lo he entendido 
a modo de garrotazo.

Otra de las cosas 
que quiero analizar 
es cómo he consentido
y normalizado 
leer o escuchar 
que al cabo de un día 
existen miles y miles de agresiones
a mujeres y de cómo 
una vez por semana
se produce al menos
un asesinato,
que sepamos 
o que quede demostrado.
Me asusta pensar y sentir 
sin apenas cambiar
el gesto de mi cara 
este tipo de titulares 
aunque por supuesto 
me parezcan una tragedia.
Ni una muerte más,
ni una mujer menos.
No miento al decir
que me produce asco,
rabia y dolor,
pero no sé hasta qué punto
estoy concientizado
para demostrar 
que aporto algo
en cambiar este drama.

No sé si estoy logrando
comprender en esencia
lo que reivindican tantas 
voces diversas.
Nunca le he preguntado
a mi madre 
si alguna vez
la han agredido,
o a mi mujer si se 
ha sentido intimidada
por mi culpa.
Son preguntas
que me avergüenzan
pero son sus respuestas
las que me acojonan.
Creo que voy a empezar por ahí.

Me considero feminista
pero no sé hasta qué punto
soy un feminista de verdad.
Me siento un intruso,
un tramposo, me declaro
culpable en no estar 
sabiendo estar a la altura
de lo que gran parte de
la sociedad está pidiendo
a gritos, con sangre y llantos y pérdidas.
Ya no es que busque ser aliado,
es que quiero formar parte 
de las soluciones 
y arrancarme de cuajo 
toda actitud o comportamiento 
machista que implique 
discriminación, abuso de poder 
o agresión de cualquier índole.
No tengo ninguna 
enfermad mental 
aunque no sé cuánto 
de sana está mi salud mental;
me dedico a los cuidados
primero en casa y después
en el trabajo,
pero me surgen serias dudas 
de si lo estoy haciendo bien,
de si construyo y acompaño 
con los mismos objetivos
que ellas.

Me aturde tanta opinión 
y tanto argumento
y sentir al fin y al cabo
que ningún relato
nace de uno mismo
y que no hacemos más 
que repetir patrones 
y usurpar discursos.
Creo que no tengo complejos,
pero al mismo me tiempo 
me martiriza 
no ser lo suficientemente bueno
y sensible con los problemas
de la gente, especialmente 
en lo que se refiere
a las violencias
contra las mujeres 
por el hecho de serlo.

Me autopercibo extraño 
y no me gustaría 
que este texto sirviese
para valorar mis actos,
mi mirada o mi pensamiento crítico;
sino todo lo contrario 
amiga, vecina, compañera, familiar,
quiero que me digas
en qué te parece que fallo
y cómo podría hacerlo mejor.
Quiero creer que 
me equivoco más inconscientemente 
y por ignorancia, desconocimiento 
o por no haber logrado
poner el foco en las claves.
Quiero cambiarlo, quiero que me ayudes.
Lo anterior no excluye 
mi responsabilidad ciudadana 
para con mi sociedad en general,
la mujer en particular 
y los derechos humanos en lo universal.

Sé que tienes suficiente
con lo tuyo 
como para encima 
acompañarme a mí,
que soy hombre 
y en cualquier momento 
puedo dar 'la otra cara',
aunque esté muy oculta
en lo más profundo,
pero algo flota,
por lo tanto existe.
Necesito saber
si mi mirada intimida,
si mis palabras amenazan,
si mi manera de tocar humilla.
Sin el ánimo de hiperbolizarlo,
sé que en los matices sutiles 
también está la posible agresión.

Lo que sí creía 
que había entendido bien
era el concepto y la base
del consentimiento;
y un día, bromeando 
con una colega,
le dí la mano
entrelazando los dedos 
y me dijo amablemente
que se había sentido
violentada.
Qué fuerte, joder, qué fuerte.
Y claro que tenía razón.
¿Veis a lo que me refiero?
Inmediatamente pedí perdón 
y me justifiqué 
aclarando que no había sido
mi intención.
Pero por muy sincero que fuera,
a mí, jamás, por ser hombre,
me ha pasado algo parecido,
ni con gigantescos 
ni con pequeños detalles.

Mi intención no es dar pena,
ni seducir, ni agradar
con mis comentarios.
De verdad que solo quiero
comprender y acompañar,
cuidar siempre que fuera necesario
con el permiso pertinente
y dar la cara cuando haya que darla.
No quiero protagonismo,
ni espacios que 
no me correspondan,
ni cuotas de poder
por tener un determinado estilo.
Quiero despojarme 
de cualquier mierda
que implique lo contrario 
a lo descrito anteriormente
para poder posicionarme
dese lugares conscientes,
comprometidos y respetuosos,
nada más.

Me sorprendo pensando
en cómo lo estará 
pasando el agresor intelectual
en su casa
cuando no sé si he hecho
lo propio alguna vez
con las víctimas.
Otro síntoma del recorrido
que me queda.
Lo único que sí me queda
hasta que consiga ser
mejor hombre es partir
siempre del consentimiento 
y del yo sí te creo, hermana.
No quiero más opciones.

Si alguna vez te he dañado
con mis comportamientos
machistas y por tanto 
inaceptables,
te pido perdón públicamente 
aunque valga de poco
y te animo a que me expliques,
a que nos cuentes,
qué fue lo que te hice
para que nunca jamás,
consciente o peligrosamente 
inconsciente, se vuelva a repetir.
No quiero ser aliado,
quiero que el feminismo
atraviese todos y cada uno
de los ámbitos y actitudes
de mi vida.

martes, 29 de octubre de 2024

Zidanes, Pavones y Errejones

¡Buuuuuuuuuuuuum!
Ricos y pobres,
futbolistas y políticos,
en casa y en la calle,
TODOS HOMBRES.
Galácticos,
anónimos,
hiper famosos,
obreros,
vecinos,
familiares,
TODOS HOMBRES.

El concepto de "La caja de Pandora"
lo explica todo fidedignamente.
Pandora, la primera mujer
creada por Hefesto
por mandato de Zeus,
es quien abre la caja
que contiene
todos los males del planeta.
De esta manera,
los hombres nos quitamos
la culpa
porque ha sido una mujer
quien los ha dejado libres,
en ultima instancia,
quién ha provocado todos 
los problemas terrenales.

Otro planteamiento machista 
para explicar y justificar
cómo funcionan los males
de este mundo.
Entonces ¿Quiénes son
las denominadas víctimas?
¿Las que padecen el dolor,
el abuso y la agresión?
¿Las que denuncian 
pública y/o judicialmente?
¿Las que callan anónimas 
por miedo 'a'
o por sentirse incapaces 'de'?

Nooooo, hombre 
(otra vez hombre).
En nuestra sociedad 
españolita,
desde el rango de la extrema derecha 
hasta la izquierda más rancia,
pareciera que,
por motivos muy distintos
dependiendo el origen 
de la opinión,
la víctima fuera
la cabeza pensante 
de una corriente ideológica
e intelectual;
la víctima pareciera
quien se ha emancipado
del modelo de los cuidados 
porque le ha corrompido
el patriarcado;
la víctima sería 
el que se esconde 
tras la adicción,
tras el poder embriagado 
y tras las pancartas 
que buscan conquistas sociales.

El linchamiento público
del que se habla
no es más que un debate social 
con información accesible
que se mantiene
dentro de una empresa privada
con ingresos multimillonarios
cuyo CEO es un anormal
con el ego desbordado,
X o Twitter o la marca
del puto pajarito feo.
Lo mismo que Errejón,
cuya persona y personaje 
han cometido delitos
contra los cuerpos 
de las mujeres
por no haber tenido en cuenta
la falta de consentimiento,
y no, el silencio más absoluto 
no implica que quien 
calla otorga,
otra expresión machista
y fascista para seguir
oprimiendo a quienes 
en un momento de vulnerabilidad 
no tienen fuerza
ni para sacar una palabra
de su boca.

No hay ni una sola
duda razonable
cuando la frase 
de Yo Sí Te Creo
atraviesa nuestros corazones 
por la ínfima posibilidad 
de que pudiera 
ser una denuncia
o un testimonio falso.
Que ya está bien, joder.
Que no necesitamos 
mas pruebas físicas,
psicológicas o sociales
para poner de manifiesto 
la discriminación y el horror
de las actitudes de los hombres
contra las mujeres.

Que la periodista 
que da cobijo
y proporciona 
un lugar seguro y de protección 
a la identidad 
de las víctimas, 
no está fabricando
un producto con el que enriquecerse,
sino que da soporte, voz
y visibilización 
a las millones de injusticia,
agresiones y desgracias
de las víctimas,
TODAS MUJERES.
Que las víctimas 
tienen el mismo derecho
y los mismos derechos
denuncien o callen para siempre.

Siempre he recomendado,
a modo terapéutico 
que la peña escriba y se exprese.
Si el agresor lo hace
con una carta llena de elementos
mágicos  para su dimisión,
porque no van a escribir 
la suyas las mujeres víctimas
aunque sea con faltas de ortografía
como la mías,
no te jode.
Ya solo faltaba 
que ahora a todo el mundo 
hagamos de jueces 
y de Reales Académicos Españoles
para lanzar sentencias 
a nuestro gusto.

¿Y las víctimas qué?
¿Y las agredidas cómo?
¿Y las asesinadas cuándo?
¿Qué o quiénes 
piensan reparar
las secuelas de por vida?
¿Qué o quiénes 
van a proteger la dignidad
de las damnificadas?
¿Qué o quiénes 
vas a hacer Justicia 
ante la Injusticia?
¿Qué o quiénes 
van a poner el feminismo
encima de la mesa
para que lo albergue todo?

Zidanes, Pavones y Errejones
televisados constantemente 
con impunidad, equidistancia
y complicidad.
¿Aliados de qué?
¿Representantes de quiénes?
¿Referentes hasta cuándo?
Cárcel, marginación y lanzallamas,
sin prisioneros.
Creo que se ha demostrado 
que los objetivos rehabilitantes
no funcionan.
Hay que defenderse.

Nota de autor: siento si algo de
lo que manifiesto va en contra
o desvirtúa algunas de 
las implicaciones o significantes 
del movimiento feminista.
Quiero aprender y construir 
en estos términos.
Me pongo detrás vuestra
para hacer camino
tras vuestros pasos.

viernes, 25 de octubre de 2024

Me pisa la sombra

No es que haya descubierto
su propia sombra,
sino que insiste en pisar la mía 
con el ánimo inconfundible
de caminar desafiante.
Si te sirviera
como las miguitas
que te llevan de vuelta a casa,
ADELANTE.

Tú no tienes la presión 
ni la prisa por llegar
a ningún sitio;
tú solo avanzas,
generalmente por detrás mía,
pisando las baldosas 
que yo piso.
No es armarse de paciencia,
sino comprender y aceptar 
tantos los deseos 
como las expectativas ajenas.
No es hacerlo despacio,
es hacerlo a su ritmo 
que seguramente 
y por inercia,
siempre esté revolucionado.

Zancadas cortas
y vista periférica 
como los barrios
de donde venimos.
Asaltando los cielos
y conquistando 
los suelos necesitados
de reformas.
Mirada desde arriba
hacia abajo
sin subordinaciones 
pero con las normas
suficientes como
para estructurar
el entorno más inmediato.

Desesperar es tan inútil
como esperar algo a cambio
para sentir que ya puedes
dar respuesta.
Insisto en mi primer
acompañamiento profesional
a quella casa de Navacerrada.
Desde entonces nunca
volví a ser el mismo 
y he seguido acompañando 
como la madre pájaro 🐦 
qué nunca abandona su nido.
A mi hija 
no la acompaño 
desde la profesionalidad,
pero sí desde la pedagogía 
que a todas nos hace falta.

Por eso nuestra sombras
son la misma 
alargando el cordón umbilical
hasta que ella quiera cortarlo.
Mientras tanto,
"la preparo"
para cualquier tipo de 
hostilidad a la que tenga
que enfrentarse,
ya sea para escapar 
de una cacería,
defenderse de una agresión 
o calcular el tiempo 
que dura el semáforo.

Cuando nuestras sombras 
ya no caminen juntas,
la suya tendrá tanto de la mía 
que la confluencia 
jamás podrá ser disuelta.

jueves, 24 de octubre de 2024

¡Qué buen papá eres!

Me lo dice una vecina
de otro portal
al verme acompañar 
a mi hija de noche
camino a la escuela.
No era la primera vez
que nos veía 
y tampoco la primera vez
que me halagaba.

Me pregunté si
para ella,
con lo poco que había visto,
era verdad que eso
significaba ser un buen papá
o fue solo por ser amable.
En todo caso,
la realidad es que 
no es suficiente
con hacer la compra
el fin de semana,
llevarles a las extraescolares
o elegirles la ropa una vez al mes.

Veo a su madre,
es decir mi mujer,
y siento que me da mil vueltas
en todo,
no en un sentido competitivo,
pero sí en un sentido
consciente y cultural,
cargando con responsabilidades 
que tiene que ser compartidas.
Cada día pienso 
qué me corresponde 
y adónde más podría llegar,
no solo por mi mujer,
sino especialmente 
por la crianza de mis hij@s.

No me etiqueto en ningún lugar
pero sí que me considero activo 
a la hora
no solo de rellenar huecos,
sino de crearlos de nuevas
y darles todo el soporte posible.
No creo que debamos
recibir felicitaciones 
cuando de ellas
no se valora nunca nada;
considero que deberíamos 
de ser confrontados 
mucho todo el rato.

No debiera de ser sorpresa,
ni excepción,
ni reforzado en ningún caso.
Que estoy mejor posicionado 
y mejor valorado 
por el hecho de tener pene
es tan objetivo
como que todo
lo que se invisibiliza
consciente e inconscientemente 
anula la realidad objetiva más absoluta.

Siento vergüenza y pudor,
injusticia y rabia,
asco y miedo.
Pero todo resulta
tan insignificante
al compararlo con
lo que deben de sentir ellas,
que me da hasta cosa reconocerlo.
Claro que soy un buen papá,
pero no porque me lo diga
una vecina random,
sino porque todos los días 
combato mis contradicciones
y contento mi posición 
de poder cultural heredada
por visibilizar la labor de otras.

Tenemos un problema
muy gordo, demasiado.
Y demasiada veces 
se me escapa de la manos.
Por eso escribo tanto,
para elegir bando 
haciendo propósito de enmienda
de todos mis horrores,
no los que padezco,
sino todos los que reproduzco.
Lo siento, estoy en ello.

martes, 22 de octubre de 2024

Bailaré con el dolor

Ahora no puedes,
pero con el tiempo 
conseguirás bailar con tu dolor 🤕,
estoy seguro.
Mi abuela se llama Dolores
y Reincidentes le hizo una canción.
Pero este no es un texto 
sobre mi abuela
ni sobre una canción;
este es un texto-coreografía
de cómo, cada una,
lidia con su pesar.

Hace tiempo aprendimos
que no hace falta bailar agarrad@s,
que tenemos independencia
del otro o de lo otro
para marcar nuestros pasos 
y nuestro propio ritmo.
Que sabemos que existe,
que inevitablemente 
tenemos que convivir con él,
pero que irremediablemente 
no nos hace más débiles 
o más inútiles.
Es tener el poder.

Bailaremos juntos con tu dolor 
y más adelante
podrás bailar junto a mí 
por el mío,
sé que para ti es importante.
Ninguno nos quedaremos sentados
viendo desde la distancia
cómo se desata todo
en medio de la pista.
No habrá un beso-broche
al final del baile,
pero seremos capaces
de mirarnos a los ojos
y bailar simétricos
sin ni siquiera tocarnos.

El arte de bailar con el dolor
pasa por la fortaleza inconfundible 
de saberse acompañado,
no hay otra manera,
y quien no pueda o no quiera
todavía estará a medio camino.
Nos pasamos gran parte
de nuestra vida
conviviendo con el dolor,
esa es otra certeza.
Hasta que conseguimos 
aceptarlo y tomamos la decisión 
unilateral de afrontarlo 
desde y con
una actitud necesariamente 
saludable.

Las canciones,
igual que los textos,
no curan ni solucionan nada,
pero existen 
para comprender 
que no estamos solas
en este mundo.
Y eso sí que es el inicio 
de una posible curación.

Nos van a ver volver
y que nos quiten lo bailao,
si pueden.

jueves, 17 de octubre de 2024

Hay un monstruo en mi cole

Nos dijeron de siempre
que había que mirar
debajo del armario
y de la cama 🛏️;
lo que nunca nos dijeron,
por ignorancia o equidistancia,
es que los monstruos
pueden estar en todas partes,
también en las aulas.
L@s niñ@s no son monstruos
y ningún monstruo 
puede ser niñ@,
ahora bien,
tod@s l@s adult@s
que son monstruos 
un día fueron niñ@s.

Ninguna criatura,
tenga la edad que tenga,
debería ir al cole
pensando que algo malo
puede pasarle.
Quién sienta miedo 
nunca se equivoca 
¡Alerta, emergencia!
¡Víctimas!
Y quien lo sepa
y no mueva un dedo:
¡cómplices!

Una de las funciones
de las maestras 
es mejorar la vida
de las infancias
a través de los cuidados,
los conocimientos 
y el acompañamiento.
Sea la etapa que sea,
sea cual sea la rama.
Pareciera que la raíz 
de las palabras 
maestra y monstruo
fuera la misma,
pero nada más lejos de la realidad.

Los monstruos deberían 
aparecerse solo en
los cuentos 
para tener la posibilidad 
y la elección de querer
imaginar con ellos.
Las maestras solo
son humanas
con actitudes monstruosas,
algunas, quizá demasiadas,
o aunque solo fuera una.

Escribía antes sobre los cuentos
cuando ya no se cuentan
en los coles.
El lobo 🐺 y la loba 🐺 
ahora van bien vestid@s
y campan impunes 
con nuestros hij@s.
Una especie de silencio
universal,
un pacto social oculto,
un acuerdo al que solo
han llegado unos pocos.
Es hora de sacar los bates.
Siempre es hora de sacar los bates
si queremos de verdad
que por una vez 
algo parezca que va a cambiar.

No queremos monstruos
en los coles,
ni en las comisarías,
ni en las empresas,
ni en ninguno de 
los hogares donde haya niñ@s.
No les debemos nada
a los monstruos
como para que nos andemos
con miramientos.
Segundas oportunidades 
para los humildes,
para los que piden perdón,
para los que se ve
progeso y evolución en ellos.

Quizá no queramos verlo,
pero no están a salvo
ni exentos de que sufran
diversas violencias
adejtivadas en su día a día.
Es nuestra responsabilidad,
debiera ser nuestro
único compromiso.
A los monstruos cárcel,
marginación y aislamiento.
A los monstruos se les combate.
A los monstruos y sus esbirros
'tiro en la nuca',
metafórico o literal.

miércoles, 16 de octubre de 2024

Soliloquio

Más soliloquios
y menos egos expresivos.
La peña debería de probar 
cómo suenan algunas cosas dichas
delante de más gente 
y cómo suenan a solas,
para una misma.
Hay muchas diferencias.
Pero para qué,
lanzo lo primero
que se me venga
por la boca del estómago 
y fuera,
ya lo he soltado,
que lo digieran otr@s.

Un poquito de prudencia 
ya no por una misma,
sino por el resto,
es asertivo en todos los sentidos.
No opinar 
si no te lo han pedido,
no precipitarse,
callarse la puñetera boca
de vez en cuando
para que no entren moscas 🪰🪰.
¿Es tan difícil?
Debe serlo,
no me extraña 
que día sí y día también
estemos histéric@s.

De los soliloquios,
a veces,
vienen las musas,
los buenos deseos
y las grandes ideas.
También viejos 
recuerdos agradables,
pensamientos necesarios
y expectativas ocultas.
Total,
nadie te va a juzgar.

De los soliloquios 
surge la filosofía,
un poco de poesía 
y tiaa la pedagogía 
que anhelas.
También los 
buenos propósitos,
la enmienda de errores 
y las ganas de un 
progeso más que absoluto.
Depende tanto 
de en qué términos
podamos encajar la soledad...

A mí personalmente 
me explota 💣 la cabeza 🤯 
tanto ruido,
tanta palabra desarraigada 
y tanta queja ajena.
¿Que si tenemos derecho?
Pues claro que hay derecho,
pero también lo hay
para protegerse,
para evadirse
o incluso para mandar 
a tomar por culo.
Como siempre,
una vez más,
es un problema grave
de nuestras sociedades.

Más soliloquios 
y menos megáfonos
cuyos receptores
de dicho mensaje
a lo mejor solo quieren
un partido de tenis 
de ida y vuelta
o una senda de montaña circular.
¿Se me entiende, no?
Pues ale, a revisarnos.


martes, 15 de octubre de 2024

Tod@s vamos a morir

Nadie debería 
quererse morir
durante la vida,
de lo contrario 
algo no va bien.
Un cáncer,
un accidente,
una puta enfermedad mental.
Prometí no volver a utilizar
ese adjetivo calificativo,
pero para la ausencia
de salud mental
no se me ocurre otro.

Un cerebro 🧠 nunca
debería de doler tanto,
más, cuando no le hemos
dado nuestro permiso.
Que le protocolicen a él,
que le pinchen a él,
que le aten a él,
que se lo lleven a él.
QUE SE MUERA ÉL.
Desde la infancia 
química 🧪, física ❤️
y psicología.
Yo ya me hubiera matado.

El oscuro pasajero
es para siempre,
la tarea pasa por descubrir 
cómo combatirle,
cómo sabotearle,
quizá cómo aprender 
a convivir con él 
sin que duela tanto.
Te voy a reventar a palabras
cada vez que insistas
en llevártelo,
voy a ser tu sombra,
vas a querer 
no haberme conocido.
Porque de esta forma
le estoy dando el mensaje 
a tu digno pasajero
que me quedaré,
que nunca me iré.

Mi pregunta ❓ es la de siempre
¿por qué nunca se quieren
morir los malos?
Sostenerse y sostener
es para los que
se sientan fuertes
y a mí me queda 
un poquito de fortaleza,
pero ya noto
que pronto 
no podré flotar sin apoyos.
Flaquear y sostener
me sugiere prejuicio
el primero
y exceso de ego
el segundo.
Yo solo quiero
dar la mano
y una buena conversación.

Qué suerte qué 
alguien te haya dicho
todo lo que vales,
todo lo que puedes.
Tus potencialidades 
anidan en tus rizos,
tu voluntad la sujeta
el bigote,
tus deseos están 
en cada sonrisa 
que consigues esbozar.
Otra pregunta ❓ 
que nunca me ha hecho
el CIS sería 
¿cuál es tu mayor preocupación 
como ciudadano?
Sin duda la salud mental
individual y colectiva.

Arde Bogotá nos canta:
"Voy a escalar
la Torre Picasso
como un titán 
sin miedo al fracaso.
Esquivaré
los disparos,
la metralla
y el fuego ❤️‍🔥 
para mirarte
a los ojos de nuevo"

Cuando sanes,
te la voy a tatuar yo mismo
en tu brazo derecho.

Y continúa:
"Mañana en la mañana,
Madrid despertará en llamas
fruto de esta rabia
y de esta juventud
que ahora me falta.
Voy a subir a lo alto
levantaré tus brazos 
y gritaremos juntos
hay que parar el mundo"

Y está te la voy a tatuar
en el brazo menos malo.

Para acabar:
"El plan está claro
quemar la Torre Picasso.
Hermanas y hermanos
quemad la Torre Picasso".

Estoy contigo
y juntos quemaremos
la Torre que a ti te sobre.

_A mi hermano,
las veces que hagan falta_



lunes, 14 de octubre de 2024

Taparse las orejas

Taparse las orejas
y abrir mucho los ojos
para sentir el ruido acolchado
de una ciudad
con demasiadas interferencias.
Taparlas y destaparalas
para descubrir las diferencias
y los matices auditivos.
Creerte única en el mundo 🌎 
mientras juegas,
en cierta manera,
a aparecer, desaparecer 
y volver a aparecer.

Una conquista universal
que a cada cual le llega
a una edad distinta,
pero que coincide 
en hacerlo con completa 
autonomía del resto.
Magia sensorial
en estado puro 
para experimentar
con tu propio cuerpo
las sensaciones
que te resultan agradables.
Como cuando te vuelves
consciente de que el pestañeo 
puede ser controlado,
o como cuando aprendes
a manejar la respiración 
y el tiempo de ausencia
de la misma.

Son exploraciones
en las que me reconozco 
y me redescubro de pequeño.
Yo también lo hice.
Con el tiempo, pasan a ser
pequeños experimentos 
que cumplen la función 
de los mecaninos de defensa
para escapar unos segundos
del estrés diario.
Una estampa espontánea 
donde pararse 
unos segunditos a disfrutar.
La naturalidad,
la inocencia,
la curiosidad,
la actitud científica 
sin sesgos.

Luego aprenderemos 
a que no siempre es
positivo taparse las orejas,
especialmente cuando se
trata de huir de alguna 
injusticia.
Entiendo el miedo,
entiendo la presión,
entiendo la vergüenza,
pero al agresor
OREJAZOS y GUANTAZOS
para no volver a huir,
para quedarnos y decir
que no nos van a volver
a hacer daño.

Taparse las orejas 
no conllevan nuevas
interrogaciones,
sino exclamaciones 
para gritar sin miramientos
que aquí estamos
y que hemos venido para quedarnos.

viernes, 4 de octubre de 2024

Antes Ahora Siempre Contigo Todo

Crees que ahora 
en la vida
solo te depararán 
cosas bonitas.
No te has dado cuenta
que no has hecho
más que mejorar
la vida de la gente
pese a vivir 
en una especie de
duelo continuo desde 2017.

A una edad injusta,
nos ha hecho más que acoger 
a l@s que se presentan 
desnud@s y vulnerables 
con una ternura encomiable 
y una sonrisa
que sufría por dentro.
Pero tu cara,
la que mostrabas,
siempre fomentaba 
a que el aliento
no desapareciese,
a que el dolor 
fuera menos intenso,
a que el drama de l@s demás 
tuviera algo de comedia.

La insoportable levedad del ser 
de Milan Kundera
resulta un ensayo filosófico 
insuficiente 
al lado de tus actos
llenos de bondad,
cuidados y responsabilidad.
Si de pequeño hubiera 
podido elegir,
hubiera elegido ser como tú.
Si ahora soy capaz de elegir,
quiero ser como tú.
Si de mayor pudiera elegir,
me gustaría ser como tú.

Has acompañado 
la enfermedad ajena
durante demasiados años
a una edad que
no le correspondería a nadie.
Tú y tu hermano
habéis confrontado
a la mismísima parálisis 
de una quietud 
tan absoluta 
capaz de retar al silencio 
más terrorífico de todos.
Sois traductoras de ruidos,
sonidos y quejidos.
Sois contenedores 
del dolor
para que l@s que padecen 
sientan que son capaces
de compartir algo.
Sois logísticamente perfectas 
haciendo que la conciliación 
y la parte más personal
de vuestra vida
no se vea afectada
por una realidad traumática.

Antes,
Ahora,
Siempre ♾️,
Contigo,
Todo,
es la actitud más egoísta 
que he reproducido nunca
por mí afán de aprender,
de sentirme seguro,
de buscar ejemplos y modelos 
que no he encontrado
en ningún otro sitio.

La muerte, la ausencia 
y la desaparición 
han atravesado
tus últimos años.
Pero también te han atravesado
de lleno
el acompañamiento puro 
de tu marido 
y el nacimiento de tu hijo.
Eres tan extraordinaria que,
en medio de tanta destrucción,
has tenido la valentía de crear
y aportar a un Planeta
tan necesitado de más ANAS.

No sé si tus ángeles 
van al cielo,
pero con todo tu universo germinado 
descansarán en un paraíso.

_A nuestra única Tita Ana_

miércoles, 2 de octubre de 2024

¿Dónde andarán los días grises?

Están arrastrando los pies
entre montañas de hojas,
cogiéndose de las barandillas,
saltando desde
los muros de ladrillos.

Jugando al escondite 
entre charcos,
sin tejados ni refugios
con el sabor húmedo 
del rocío.
Tuve una mejor amiga
en Primaria
que se llamaba Rocío 
y ahora la única Rocío
que conozco 
es mi librera 📖 de cabecera.

En los días grises 
no hace falta echar las cortinas.
Quién coja el Metro 
los días grises es un cobarde.
¿Sabíais que durante 
los días grises
los semáforos 
para que crucen l@s peaton@s
duran más?
El anhelo del clima perfecto.
Generalmente se nos quedan 
grandes los galones 
en los días grises.

La idea de bailar 
bajo una tormenta 
no nació del cine 🎥;
lo mismo que retornar 
con la cabeza bien alta
no salió del final de una peli.
Menos arcoíris 
y más gris 🩶 realidad, coño,
que para vomitar unicornios 
hay que buscarse otros espacios.

El gris del chubasquero,
las botas o el paraguas,
del tren que suena a lo lejos,
de los pájaros al refugio
de la copa del árbol.
El gris de una buena
conversación,
sin equidistancias 
pero con mil matices,
sutiles o explícitos,
consientes y reales.
El gris de unos ojos perfectos.

¿Dónde andarán los días grises?
¿Dónde aguardan?
Reclamo con ímpetu 
que vuelva el gris rutinario 
a mís días tan necesitados
para respirar fuerte,
aunque no huela nada,
y sentir el peso de la existencia 
como algo positivo
todo el rato.
Y tú ¿a qué le tienes miedo?
¿a qué o quiénes aguardas?