miércoles, 22 de mayo de 2024

Día de oposición 262

Coge el teléfono de juguete,
llama,
"descuelgan"
y les cuenta que mamá
hoy no va a estudiar.
Corría el puente de mayo
y mamá se había pillado
un par de días libres.
Efectivamente el proceso
ya nos pasa factura 
a todas,
pero para lo que queda,
nos cagamos dentro
(del convento, de las instituciones 
y de los sistemas opresores).

Los nervios y las emociones
están a flor de piel,
lo que está en juego
solo lo siente ella
cada noche al acostarse
aunque sea 
muy de madrugada.
Debemos,
perdón, debo
seguir estando a la altura
para que todas
las condiciones susceptibles 
de influir en el proceso 
sean las más favorables.

Es un momento frágil
donde es fácil desbordarse,
precipitarse hacia el error
encadenado 
desde la mañana a la noche.
Y estamos en nuestro derecho,
pero huelga decir
que ahora no,
que después de todo no,
que no, que no y que no,
que ahora más que nunca 
a todo trapo
con la música bien alta
y los cuidados más delicados.

Cerrar un partido cuesta,
pero en definitiva
más cuesta el camino 
como para bajar los hombros.
La pequeña 
la añora a sus maneras;
al mayor le cuesta encontrarse 
y busca chocar frontalmente
sin pensar, lógicamente,
en las consecuencias;
y yo humilde pero mediocre,
soy incapaz de comerme 
el mundo de un mordisco.

A todas nos flaquean
las fuerzas por 
la ausencia-inversión
de mamá,
pero ya queda poquito 
para recuperarnos 
a nuestro antojo
aunque eso vaya 
a coincidir con el verano.
El esfuerzo sobrenatural
de todas las partes 
no ha sido, ni es, ni será 
nunca lo más importante.
Lo significativo de todo esto
han sido las formas,
el enfoque, la perspectiva 
y la actitud.

La buenas salud mental de todas,
las fortalezas incipientes
y la voluntad humilde
de luchar por lo mismo:
el bienestar familiar.
Ya queda poco 
pero el desgaste
provoca que la sensación 
se alargue y resulte 
asfixiante por momentos.
El objetivo está claro,
pero lo que dignifica 
lo llevamos por dentro 
y eso no hay oposición,
ni curro, ni puesto de trabajo
que lo valga.

Sin restar mérito a nada
ni a nadie,
la meritocracia 
para los fachas;
la empatía, los detalles,
el acompañamiento,
los cuidados y el amor 
para nosotras,
todo eso para nosotras.

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