se ha descubierto su mano,
primero la izquierda,
luego la derecha,
aunque se inclina
para donde se tenía
que inclinar.
Igual que inclina sus ojos
cambiando el semblante
ante tal hazaña,
reconociéndose in situ,
tomando conciencia de su existencia.
Cierra el puño
como si se sujetase
a sí misma,
con la firmeza
con la que se identifica
su propio cuerpo.
Y lo mueve lentamente
como si fueran
los primeros pasos
de un baile
con el que toma contacto
de la realidad inminente.
Se concentra
mientras intenta enfocar
no sin dificultades,
su estrabismo.
El abismo de descubrir
las partes que la conforman.
Y se centra unos largos
segundos en su tarea,
la tarea de definirse
sin prejuicio alguno
ni influencia externa.
Prolongarse a través
de sus miembros.
Proyectarse a través
de los significados.
Y un relato que le lanzamos
desde enfrente
para que lo vaya dotando
de matices.
Cuando la imagen
es tan simple
que te enamoras
sin ornamentos.
Porque sabes las implicaciones
que conlleva,
porque sientes su éxito
como si fuera propio.
Sus primeros juegos autónomos
son el hito
que marcará su desarrollo.
Una puesta en marcha
de todos los sentidos
donde la coordinación
es la única barrera
que la separa de conseguirlo.
Y tú observas
como quien observa
a las flores,
con detenimiento y emoción
de las cosas bellas
que tienen
que ser estudiadas.
Y con la digna admiración
de que los significantes
cobren importancia,
porque las tienen,
y mucha,
pero con el debido respeto
de no inmiscuirse
en sus investigaciones.
Un ensayo científico
con resultados empíricos.
Otro momento
en el que te quedarías a vivir
libre de cualquier creencia
o ideología,
con el peso del tiempo
carente de expectativas
que te pertenezcan,
sino con la confianza sagrada
de ver transcurrir el suceso,
sin ánimos ni refuerzos,
sin sensación alguna
de victoria o derrota,
pero con la convicción
del necesario ritmo
que acompaña a cada un@.
Descubrise la mano
quiere decir
en primera instancia
que la tiene,
y en segunda,
que ha de aprender
todos los usos
que se disponen.
Una especie de
coste de oportunidades
que tiene sus fases,
pero que sin duda
la orientarán a seguir
hacia delante;
mirando hacia atrás
cuando sea necesario
recordar algo importante
y con la solidaridad
de los que todavía
no lo hayan conseguido.
Es la perfecta definición
de humildad y compromiso.
Ya has elegido tu camino.
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