¿Quién no se ha visto
entre la espada y la pared?
Una situación
tan opresiva
como con tan poca
oposición
a cambio.
Pensemos en la pared
como un elemento físico
que alguien puso ahí
con más o menos acierto.
Como un callejón
sin salida,
como una piedra
que aparece
de repente
o como el cacho de tierra
que desaparece
con umbral
al precipicio.
Ahora pensemos
en la espada.
Otro elemento físico
inevitablemente
sostenido
por un organismo vivo,
con intención
y objetivos
variables.
Descritos los hechos,
la próxima vez
que me encuentre
entre la espada y la pared,
dispararé a quemarropa
a quien sostenga
la espada
y seguiré mi camino.
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