Ojalá todo
fuera tan fácil
como en las pelis
norteamericanas
donde llegas
y no besas,
donde siempre
hay una copa
de vino llena,
o donde siempre
te dan una
tarjeta de visita
por cortesía.
Pero no,
no es tan fácil.
Esto no va
de yanquis.
Esto va
de disgustos
y decepciones.
De tomar
decisiones
difíciles.
De sacrificar
y perder cosas.
Un mundo
donde ser
un excedente
es lo mismo
que pedirse
una excedencia;
y no,
no es lo mismo
por definición.
Un lugar
que crees
seguro,
tuyo
y de confianza.
Y de repente
te ves fuera
porque tú
no formas
parte del duelo,
o eso dicen.
Una escala
de poder
donde encima
tienes que
dar las gracias.
Una polla y un chocho.
Un mundo
de ojos morados
y falacias.
Un mundo
con algunas
gentes
a las que no besaré,
ni llenaré copas,
ni daré tarjetas de visitas
para que cuenten conmigo.
Así se lo hemos contado.
Clichés norteamericanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario