Lo dijo
Ignatius Farray
de Granadilla
de Albona.
Qué verdad.
La de levantarse
plegado
hecho
un trapo.
Meas
amarillo
con el cuerpo
aletargado
y te invade
un aliento
nauseabundo.
Como veis,
todo son
ventajas
al despertarse.
Con la cara
hinchada
y lleno
de gases
contaminantes.
Comienza
el proceso
de decongestión
mientras
la mucosa
se desenvuelve
como pez
en el agua,
mejor dicho,
como flujo
entre órganos.
Y te viene
una tremenda
contracción
con la primera
arcada.
Una suprema
sensación
de asco
que te recuerda
quién eres,
y a qué viniste.
Un ruido
desgarrador
al que no
acompaña
la expulsión
de ninguna
materia
viscosa,
solo
un cuerpo
tensionado
de músculos
atrofiados.
Una metáfora
preciosa
de un reflejo
involuntario
y de un país
que al despertar
maltrata
y ha sido capaz
de desgastar a
una generación entera.
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