Unos entran
por la puerta
de salida
y los otros salen
por la puerta
de entrada.
El viejo continente
cierra sus puertas
a las personas
refugiadas
y las puertas
de las iglesias
se abren
a todo cristo.
Hay gente
que no tiene puertas,
como el campo.
El corazón
es una puerta
que a veces
se cierra
de un portazo
y otras veces
es de cristal
templado.
Las instituciones
cierran sus puertas
por dentro.
En los colegios
privados no hay
jornada de puertas
abiertas.
Los bancos utilizan
puertas de acero
para defender
su bien más preciado,
papel tintado.
El conservadurismo
se aferra a
la puerta
que trae a la vida,
mientras que a
pesimismo
le gustaría
ahorcarse de ella.
Las puertas,
todas,
juntas,
tantas ellas,
¿cómo es la tuya?
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