Pasó que el
mismo equipo
que ganó el
año pasado
la copa de Europa,
la ha vuelto
a ganar este año.
Y ya son doce,
como los años
que tenemos,
con la única
diferencia
de que ellos
están en racha
caduca
y nosotras,
somos y seremos,
de por vida,
porque tras
la muerte,
las derrotas
cosechadas
más
las victorias
conseguidas
quedarán
reducidas
a chachitos
de historia
de la que solo
se acordarán
los nuestros,
quedando
el resto
del mundo
absorto
por una
noche mágica
en lugar
de saborear
la magia
de todas
las noches.
Nuestra popularidad
sigue por los suelos,
el mismo
que aguanta
el peso
de nuestros cuerpos
cuando celebramos
desnudos,
los goles
de jugar
siempre en casa.
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