La carga diaria que ha soportado
mi espalda en este último año
es ínfima a lo que ha soportado mi corazón.
Otra vez culmino mi "Cuaderno de viajes"
no sin ansias de empezar el siguiente.
El balance que hago queda determinado
a la máxima expresión escrita
que puede resistir un hombre.
Pocas han sido las elegidas,
la mayoría descartadas por mis limitaciones humanas:
LAS PALABRAS.
Todavía tengo mucho que decir
así que esperadme,
porque la rendición no cabe
en mi vocabulario personal.
Insisto, permanezco.
Acabo de nuevo
lo que por segunda
vez empecé
postergando el tercero
al día que nos trae.
A jueves 5 de mayo del 2016
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