Inesperadamente me encuentro inmerso en una de las coincidencias más bonitas que me han ocurrido en los últimos meses:
< En el tren, en un espacio de cuatro asientos, todas las personas vamos leyendo>
Eso ya no se ve mucho...como bien dice la palabra, el hecho ha quedado relegado a "leyenda". Nuestros libros, igualmente sorprendidos que sus lectores, dan pequeños trompicones con la marcha del tren y con la alegría que nos une. Se ven y nos miramos a través de las portadas ruborizadas por la asamblea espontánea que allí se estaba dando; por el contrario, las contraportadas intentaban esconderse como se esconden nuestros culos en los asientos.
Compartimos sinopsis y "títulos" extravagantes,
biografías e historias de vida ocultas
en aquel rincón que nadie había premeditado,
como en el 15-M
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