domingo, 31 de marzo de 2024

Mi manada

No es que sea mía,
es que pertenezco a una
y no se parece en nada
a la de aquella noche en San Fermines,
pero en nada.
De todo aquello surgió
el movimiento
de "yo sí te creo".
Del drama más absoluto
salió algo positivo,
pasa a veces.
Cambió todo un paradigma cultural
en el que cualquier tipo de abuso
o intimidación,
paso a convertirse en agresión sexual,
hubiera violencia o no.

Todo se basa en el consentimiento
directo, indirecto,
consciente o inconsciente.
Con esas estamos ahora en casa,
repasando cada concepto,
aspecto, matiz o idea
que tenga que ver
con el consentimiento
y el permiso de ejercer
sobre el cuerpo y la integridad
de la otra persona.

En mi manada no hay planificación
de caza
más que la de dar caza
a nazis y agresores machistas.
En mi manada podrá haber
lobas, lobos y lobes
porque nos nace de la
mismísima idea
de que cualquier opción
que respete los derechos humanos
tiene cabida.
Mi manada no da miedo,
ni huele fuerte,
ni enseña sus fauces
ante los colectivos sistemáticamente
damnificados.

Mi manada siempre
se moverá por el campo
y los bosques a través
de los preceptos
de la igualdad, el feminismo
y la defensa de la justicia universal.
En mi manada creemos y acogemos
a las agredidas, a las dolidas,
a las humilladas e incluso a las asesinadas aunque ya no 
podamos abrazarlas.

En mi manada
siempre serán hermanas,
así vamos a educarlas
por encima de cualquier otra cosa.
La idea insoportable
de que cualquiera,
pero especialmente ella,
sea víctima de una emboscada
de prendas
me causa pavor.
Por eso
autodefensa,
sororidad
y empoderamiento.

Cuando nos lavamos
las heridas en manada,
la manada se fortalece
para seguir combatiendo
a los agresores de este país
y ningún hombre será
libre o perdonado
si no está con nosotras.
El término de mansda
jamás hubiera tenido que
trascender a los lobos.

miércoles, 27 de marzo de 2024

La nieve

La nieve es solo una excusa,
aunque siempre merezca
la pena verla.
Ver como se tiñe
todo de blanco,
poco a poco
y con sutilidad,
a través de la ventisca
y el frío, 
por debajo de cero grados,
para transformar el mismo entorno
en algo nuevo.
Es pura magia.

Filomena no lo fue
y la sociedad de Bayona tampoco,
ojalá nunca hubieran ocurrido.
Pero aquí y ahora
no hay peligro,
solo un experimento nuevo 
que permitirse formular.
Y digo que la nieve
es sola una excusa
porque con verles dormir junt@s
es suficiente.
Juntar dos camas,
arroparse hasta las trancas
e imaginar 
lo que está pasando tras la ventana
es mi único sueño bonito.

Es un drama tener
que escapar de Madrid
en busca del frio,
o al menos
de lo que corresponde.
Incluso en vacaciones
hay momentos largos,
tediosos e intensos,
pero es que no vinimos
a hacer prisioneros.
De veras que intentan
que el juego y los mimos
sea lo que exclusivamente
les atraviese el cuerpo.
En esas están
y el resto,
estamos para acompañarles.

Poder volver y contar
lo sucedido
es como cuando
lentamente se derrite
la nieve sobre la hierba.
Ese desvanecimiento
ante el disfrute absoluto
es lo primero y último
que colma cualquier necesidad expresa.
Prepararnos para algo así
es como prepararse
para una aventura
donde depositas
montones de expectativas 
carentes de prejuicios.

El pijama es el uniforme
que escogemos
y los abrigos y las botas
las armas para cuando
estamos listas para la batalla.
Les miramos y nos asusta
lo rápido que crecen,
lo mucho que han madurado.
Ya son varios los viajes
que utilizamos como referencias
y tablas comparativas.
Cuando se habla de congelar
el tiempo
nos referimos justo
a estos momentos,
a los que por medio del auténtico frío,
te deshaces de amor y ternura.

La Puebla nos ofrecerá la nieve,
y nosotras le ofreceremos
nuestras cabezas
para que se pose
tranquila y sin miedo
a ser derretida.

martes, 26 de marzo de 2024

Sentir las canciones

Me gusta bailar en la cocina
cuando estoy a solas
preparando la cena,
esto pasa los miércoles.
También vivo 
como un día especial
cuando voy conmigo mismo
en el trasporte público,
tanto en la ida como en la vuelta,
aunque eso quiera decir
que la cachorra 
se ha quedado en casa
por un motivo seguramente negativo.

Se me sigue erizando la piel
cuando escucho música.
Pienso en la letra,
en la composición
y en la manera de hacerla mía.
¿Cuántas veces
habremos sentido
que algunas canciones
se han escrito para nosotras?
Como si fuéramos especiales,
como si fuéramos únicas.

Las guitarras,
el bombo y el platillo,
los instrumentos de viento,
el piano
o incluso la meda de mezclas.
Todos ellos me emocionan
todavía cuando suena alguna
de las canciones
que hace años escuchaba en bucle.
Y de repente 
me apetece ir
a todos los conciertos
que pueda,
en recintos grandes o pequeños,
con unas personas o con otras,
pero con la misma magia
de saltar incontrolado
como si estuviera solo
en este mundo.

Me guardo en ver más tarde
las pistas antológicas,
pero también me guardo las nuevas,
las que están todavía por descubrir
para que en un rato a solas,
con mis cascos a todo volumen,
pueda disfrutar de esa atracción
con el parque cerrado para mí solo.
He ido a decenas de conciertos,
incontables,
pero ya he empezado a compartirlos,
tanto estos como las canciones
con mis pequeñ@s.
Una especie de gusto 
heredado con el que se 
van a empapar sí o sí.
Me imagino aconpañándoles
a sus primeros.

Me apetece bailar y cantar
hasta la extenuación,
tal y como hacía antes,
quitándome la camiseta
y tirándola hacia delante
sin miedo a perderla.
Me apetece sentir
la emoción
recorriendo cada parte 
de mi cuerpo,
sin interferencias
ni intromisiones,
sin la posibilidad de avergonzarme
porque me estén mirando.

Éramos muy felices
cuando tirábamos
los minis hacia l@s groupies
de delante,
pero es que ahora me tiraba
desde el escenario
sin pensármelo dos veces.
En esas estamos.
Yo no tengo la cuenta
de Spotify,
pero sí la premium
de Youtube,
incluso así, 
me tomo el tiempo
necesario para escoger
la canción,
no sé cuándo
volveré a escuchar la siguiente.

No les pido perdón
a las canciones,
solo que las siento
y que me esperen.
Incluso así,
he mentido,
solos más felices ahora.

lunes, 25 de marzo de 2024

Orzuelos y chalaziones

Hace poco bromeaba
con que si alguien
me amenazaba
con echarme mal de ojo,
la respuesta sería
cagarme en sus muertos.
Ahora tengo un chalazión
autodiagnosticado 
en el ojo derecho
soportando todo el peso
del fascismo en el párpado.

La cosa va de ojos
en este curso.
Primero aguanté
comportamientos cegados 
carentes de empatía y compasión.
Luego padecí una conjuntivitis
sin adjetivar
que me ha dejado graves
secuelas en la visión.
Y ahora esto,
quizá el destino
me ha castigado
por no seguir
los pasos de mis viej@s.
Anda ya, me cago en tus muertos.

Me gusta más pensar
que mi visión se va adaptando
a los cambios de un planeta
en ruinas.
Neblina, borrosidad,
mucosidad y lagrimales;
a lo mejor mis ojos
solo quieren llorar
todas las penas
o simplemente
no se avergüenzan
de expresarse tristes.
El caso es que son 
independientes a mí,
una especie de fuerza
externa y ajena
que no tengo bajo control
ni con la que siento
ningún tipo de coherencia.

Ellos sabrán,
yo ya he visto lo más bonito
del mundo que podría
llegar a ver;
el resto, irremediablemente,
siempre será secundario,
con su valor, por supuesto,
pero sin llegar a nada trascendente.
La fatiga al final del día
pasa mucha factura,
es entonces cuando me acuerdo
de mis enemigos ciegos
y me regocijo
en mis malos pensamientos
para sentir algo de alivio,
reconozco que también
me nutro de odio,
no todo iban a ser magdalenas.

Hace años no escribía
sobre enfermedades
ni padecimientos
relacionados con la salud,
quizás porque no las tuviera
o porque las pasara por alto
sin darme cuenta.
Por eso mi escritura
no se vuelve conservadora,
sino más consciente
y menos romántica,
yendo al revés
que la mayoría de cantautores
y algún que otro rockero.

Chalazión
me suena a chorizo,
pero también a chaladura
y razón,
como si una misma palabra
estuviese formada por dos
para darnos todo el sentido
de una frase más larga.
Lo que está claro
es que tengo el ojo 
hinchado y dolorido,
sensible y lacrimógeno,
como si fuera
el cóctel molotov
que incendiara
a unos cuantos racistas.

Voy a pedir cita
a ver si mi médica
puede verme
en menos de un mes.
Tiene gracia, verme.
Tiene gracia, en menos de un mes.

domingo, 24 de marzo de 2024

Soplar las velas fuera de casa. Parte II

Si el año pasado
lo hiciste en Soria,
este año lo haces
en la frontera
de León con Asturias.
Podria ser una bonita costumbre
la de soplar las velas
a partir de ahora
lejos de la zona de confort.

Las zonas neutras
son demasiado equidistantes
como para acomodarse en ellas,
por eso te posicionas 
en aquellas que implican
un riesgo,
por eso, a la hora de soplar,
mides bien la distancia
entra tu boca y el fuego,
con una actitud
perfectamente planificada,
para ejecutar un soplado
que convenza a cualquier
deseo de ser cumplido.

Las fuerzas flaquean
por el largo recorrido,
así que te paras las
las veces que hagan falta,
mojas tus labios
para hidratarte,
comes algo rápido y sencillo
y estriras cada músculo
de tu cuerpo
para no caer en el alegartamiento.
Tus hij@s siempre esperan
sin rencor y sin perjuicios,
saboreando cada momento
aunque sea mínimo y pequeño
porque saben de la importancia
de exprimir los instantes.

Hija de la primavera
tras el paso del invierno
cada vez más suave y cálido,
sufres por un planeta
que se desajusta año tras año.
También por sus gentes,
cada vez más desorientadas
y malheridas.
Por eso insistes consciente
e inconscientemente
en pisar fuerte
y reparar las cosas,
porque sabes la necesidad
que tenemos de ti
y la necesidad que tienes
de nosotras.

Hemos subido 
una vez más al norte
para presentarle
nuestros respetos y admiración
por tratar de cuidarnos siempre
lo máximo posible.
Para nosotras tú eres ese norte,
el que nunca defrauda
y el que siempre nos descubre
algo nuevo.
El rumbo y sus matices
lo lideras
revolucionaria
y comprometida
saciando todo lo que
echamos de menos.

Levas tantos años
cumpliéndoloa feliz,
que ya no sabes hacerlo
de otra forma.
Por eso, también,
llevamos todos esos años
siguiéndote a ciegas
de que nada malo puedo pasarnos
a sabiendas de que existen
caminos angostos y desnivelados.
La vida contigo
no es solo un recorrido específico,
sino un estilo intransferible
e inconfundible
de la felicidad más absoluta
pese a sus despistes.

Tú no disimulas,
tú te muestras 
como el resultado recuadrado
y definitivo 
al que todo el mundo aspira.
Ojalá más amigas como tú,
más amantes como tú,
más madres como tú,
pero ninguna como tú
aunque el mundo
esté tan necesitado
de personas como tú.

_A tus 37, desde el norte,
con tus hij@s y conmigo,
habiéndote atravesado ya
veinte años_

lunes, 11 de marzo de 2024

Otra vez en un tío

Me han mandado una
foto repugnante.
Otra vez un tío
"haciéndose valer
por encima de las mujeres".
Un tío que saca pecho
de los cuidados y el
piel con piel
en el día en que 
se reivindica precisamente
el valor, reconocimiento
y dignidad de las parturientas,
entre otras millones.

Pero claro,
tenía que dar la nota
porque no hay un Día
del hombretón,
ni del tigretón,
ni del tiburón,
bueno, de este último
sí que hay Día.
Efectivamente este tipo
sabe lo que es cobrar menos
por tener coño,
ha sido acosado e intimidado
caminando de noche a solas
y sufre todas las cargas
mentales habidas y por haber 
porque históricamente
el peso se repartió
mal en un determinado momento,
no te jode.

¿Cómo puede estar tan cegado?
¿O tan lleno de envidia, rencor y odio
por las que no tienen pene
o no ejercen intimidación
con su pene?
¿Cómo puede aprovechar
una propuesta de la comunidad educativa
para exhibir
que él también es persona
y padre
y cuidador?
¿No hemos entendido nada?
Incluso a los que se 
les llena la boca
de ponerse al lado,
enseguida salen
a relucir sus mediocridades,
contarnos otra, chavales.

Si fuera mi competencia,
no dudaría
en llamarle al orden.
Pero la responsabilidad
es de todas,
eso quiere decir
que cualquiera, 
mujer u hombre,
podría, a título personal,
confrontar a este individuo
y explicarle algo de feminismo.
Además, payaso pero no ignorante,
se exhibe en un sector
profesionalmente liderado
por mujeres,
con la mirada por encima
y aires de superioridad
reproduciendo subordinación
y violencia.

Sale a defenderse
como si alguien 
le hubiera mentado,
o peor, sale a defenderse
porque conscientemente
nadie le ha metando
y no entra dentro
de sus posibilidades
que eso haya 
sucedido así.
Hasta su Presidenta
le da la razón:
"¿Para cuándo un día del hombre?"
dice la que firmó
los protocolos de la vergüenza.

Un Día del hombre
se parecería mucho
a la película de La purga,
no aprovecharíamos
para ir las de abajo
contra los de arriba,
sino que los hombres
destaparían sin vergüenza
ni punición, todas sus
arrogancias, pasiones ocultas
y violencias más intimidatorias.
Olemos a eso,
a acoso, invasión y violación.

Se reía mi viejo
el otro día
con el concepto
de cuánto ocupan
los hombres el espacio público.
Nos tendrían que enjaular,
tendríamos que vivir con miedo,
nos tendrían que asesinar
y sólo así
darnos cuenta
por empatía forzada,
la violencia estructural
que sufre la otra mitad
del planeta
simplemente por ser mujer.

No sé si alguna
vez será suficientemente
todo lo que hagamos,
pero hasta el último suspiro
habrá que intentarlo
por las que están,
por las que aniquilaron
y por las la que vendrán.
No es Dios quien te da la existencia,
son ellas las que empujan
para que tengas
una posibilidad en la vida.

jueves, 7 de marzo de 2024

Día de oposición 188

Las cafeteras de
12 tazas ya no son suficientes
y las horas que tiene el día
a veces tampoco.
Las intensidades subyacentes
crecen exponencialmente
a los vacíos
que no están siendo llenados;
tiene que ver con realidades
temporales y debidamente
planificadas que,
aunque bien pensadas,
siempre tendrán sus consecuencias.

Cada una lo lleva como puede.
Es muy legítimo echarse de menos,
pero aquí nadie habla
de abandono,
aquí, de lo que se trata,
es de convivir con la espera
de que se abra la puerta
o de que llegue la mañana
siguiente para saludarse
y contarse la tarde anterior
en que no pudimos vernos.
A mí no me sale la culpa,
ni la pena,
ni el remordimiento ni el reproche,
faltaría más, no te jode.

Lo que me sale es
la presencia de la convivencia,
el presente más absoluto
y la explicación pertinente
de un futuro
que da sentido a todo esto.
Lo último que hemos aprendido
es a dejar los móviles
en la cocina,
como si fueran cigarros
que investigamos
calada a calada
cuando acudimos
a realizar una tarea.
Lo estamos haciendo bien,
muy bien.

Ell@s no tienen que responder
a nuestras expectativas
tal y como las habíamos imaginado,
todo lo contrario,
ell@s tienen la tarea de ponernos
a prueba y desmontarnos las ideas
para estar continuamente alerta,
con la mirada puesta
en un salón de juegos estructurado
y preparado para las vivencias.
Repartimos el tiempo 
como podemos
y es el tiempo
el que juega
en nuestra contra.
Lo que no sabe el tiempo
es que tenemos una estrategia,
una táctica pactada
para hacerle frente
y salir airosas,
no solo eso,
sino además con sensación
de victoria.

De momento
lo estamos consiguiendo.
Más allá de los baches,
de las noticias crudas
e inesperadas,
llevamos más de medio año
flotando con rumbo
y provisiones.
Es como lo de dormir
con todas las persianas bajadas
sin que por ninguna rendija
fluya un atisbo de luz;
no es por la luz, es por el frío,
por eso se va a estudiar
a la biblioteca,
porque tiene mejores dotaciones
y más servicios de suministros.
A esto se le puede denominar
decisión política
derivada de la pobreza energética.

Sigue habiendo ataques injustificados
distribuidos por todo el planeta;
ante esos, solo podemos
gritar con rabia;
ante los de casa,
pensárselo dos veces
para no tener 
que arrepentirte de nada.
Incluso así suceden,
tanto los unos como los otros.
Seguimos intentando y sacar
las mejores versiones 
de una misma,
pero los costes son altos
y el puto agotamiento también.

Nos queda poco
para llegar a los 200 días
consecutivos de esta carrera de fondo
y sólo podemos recordarte una cosa:
"No estás sola en este mundo".

domingo, 3 de marzo de 2024

Nada nace con vocación de eterno

Menos nosotras, claro.
De aquell@s 42 héroes
y heroínas,
ya son tres
l@s que no comparten
nuestros días.
No es un reproche,
es el resultado
que da sentido al título.
Nada nace con vocación de eterno
es una verdad tan absoluta
como la muerte
que nos llegará a todas.

De aquellos tiempos
y sendos lares,
ha nacido ya
la suficiente descendencia
como para que existan
de nuevo probabilidades
para que vuelva a suceder
un 3 de marzo.
Este sería un dato
que confronta el sentido el título,
ya que el amor por los hij@s
sí que perdurará
sobre el concepto de la muerte.

No sé cuánto habrá
cambiado aquella finca
de la carretera de Estremera,
pero el regalo que le hicimos
la dejó tan marcada
que ya no volvería
a ser la misma.
Por eso me acuerdo
de cada una de vosotras,
de las que estuvisteis allí
sean cuáles sean
vuestras/nuestras
circunstancias ahora.
Porque aquello se enmarcó
en un momento tan determinado,
que el pasado y el futuro
no cabían dentro
de nuestras posibilidades.

Con los sucesivos años,
espero perder al mínimo
número posible de personas
que allí nos reunimos,
pero si desaparecemos
mutuamente de nuestras vidas,
siempre te guardaré el hueco
que te mereces en mi memoria,
estés donde estés,
vayas donde quieras que vayas.
Sé de sobra que el amor
no lo puede todo,
que en un abrir y cerrar de ojos,
sin que puedas darte cuenta
o tomar control sobre la situación,
puede cambiar todo
y ponerse del revés.

Pero tengo claro
lo que nos condujo
a aquel día de lluvia y frío.
Sé perfectamente
por qué compartimos
aquella Junta y aquella Finca.
Defiendo aquella Ceremonia
y todos y cada unos 
de los Homenajes
que se llevarían a cabo
e insisto,
nada que reprochar
si ya no estás,
los derroteros de nuestras vidas
son tan amplios y azarosos
que manatener una relación
de por vida
no sería el objetivo,
sino una experiencia
que nos construya
en cierta medida.

Lo que sí deseo
es que seamos capaces
de mantener nuestras
vocaciones humanas
y si puede ser,
también las profesionales
por eso de intentar 
ser un poco más felices,
suerte.
Me quedo con un
nuevo 3 de marzo,
una fotografía
y una pinza para colgarla.

viernes, 1 de marzo de 2024

Cumplir la palabra

Febrero ha cumplido,
como siempre,
el trato que hicimos
en sus inicios.
Necesitábamos un respiro
y hemos cogido aire
como para sumergirnos
en la Fosa de las Marianas.
Ya nos tocaba,
aunque no suela
reconocer expresamente
lo que considero
que nos merecemos.
Me lo suelo guardar
porque prefiero
escuchar primero
lo que creen que
se merecen l@s demás
y después ya si eso
meter mi zarpa.
Siempre me ha parecido
una postura más inteligente.

Cumplir tu palabra
tiene que ver con
el compromiso, la coherencia
y la autenticidad.
A mí sí que me parece importante,
aunque lo tengamos que aplazar
a dentro de un ratito,
cumplir las palabras
del pasado.
El mensajes que lanzas
no es solo que vas de frente,
sino la fidelidad y majestuosidad
de tus propias acciones.
Un trato es un trato
y a mí los tratos
todavía me conmueven.

Que febrero haya
cumplido su palabra
respecto a la salud
que veníamos buscando,
no quiere decir 
que por otro lado 
haya estado exento de
contradicciones y complejidades.
Es raro casi estar
humanizando al segundo 
mes del año
como si pudiera
ser responsable
empíricamente
de cualquier cosa
que nos pase.
Pero por eso es un texto,
llámalo poesía si quieres,
o sensibilidad ante el drama,
pero no es más que eso,
una conversación
entre alguien que escribe
mientras piensa
y un concepto
al que se le atribuyen
capacidades y emociones
para verse reflejado
o incluso proyectado.

No es mentira que febrero
me sirva como 
lección filosófica
o como amante pasional
aunque estemos en marzo.
A cada una le cura una cosa
y se cura con lo que 
le conviene.
Pero no te confundas
con el cura
y el eco de sus palabras
en templos subvencionados,
ahí los tratos
tienen que ver con otras cosas.

Te saludo, Marzo,
como un buen amigo
aunque me gustes 
más como amiga,
poniéndote la primera
letra en mayúscula
para significarte
lo que a mí me parece
que te mereces.
Siempre fardé
de todo ese mes
en que coincidimos
en cifras para luego
desnivelarnos,
numéricamente,
durante el resto del año:
la equidad de Marzo,
para quien todavía
no lo sepa.

Llevo dos madrugadas
poniendo mis pies descalzos
en el suelo frío
de nuestra habitación
antes de las 05.00
de la mañana
porque en su día
entendí
e hicimos el trato
de que daba igual la hora,
había que estar preparado
para acompañar y escribir
al mismo tiempo
fueran cuales fueran
las circunstancias.

Para ser buena persona
es condición indispensable
intentar cumplir con tu palabra.
Llevo años
intentando acercarme
a este objetivo
no desde lo que perciben
l@s demás,
sino desde mis entrañas,
que para eso soy
el único que las conoce.
Así que todavía me queda
y no es rebatible
mi sensación
de sufrir por querer
estar siempre a la altura
y por las consecuencias
de mis errores.
Insisto en que no puedo
pagarme una terapia,
por lo que me la invento
aunque no esté cualificado
para intentar reducir daños.

A ti, Marzo,
no te pido nada,
ya lo tenemos todo hablado.