Como un cuerpo
flotando inerte
a la deriva
hacia el horizonte
donde acaba
un mundo
plano y gris.
¿A qué viniste?
¿Hacia dónde vas?
¿Quién te acompaña?
No pares,
resiste,
aguanta
el peso
de la cárcel,
la carga
de la soledad,
el indescifrable
laberinto.
No nacimos
para ser
ángeles,
sino para
evidenciarlos
y arrrestar
sus alas.
Y pasó
que el cuerpo
ya no era
cuerpo;
apareció
el plumaje
de colores,
no habiendo
restos de
humanidad.
Alzó el vuelo
convertido
en pájaro,
por fin libre
en busca
del mundo nuevo.
Ahora,
es el ser
reinventado
quien recorre
el mar
sin tierra
a la vista,
solo millas
de inmensidad
y de salmuera,
ya llega,
está aquí
la Primavera.
A veces
La Kuadrilla
naufraga
para resurgir
con acordes
de Silvio,
de olores
cubanos,
disparos
de nieve.
No para,
no paran,
no paréis,
sabéis,
sois,
soy.
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