Aquí ya
cualquiera recita
y si no...miradme.
Pero no os riáis,
¡gritadme!
¡pegadme!
Estáis ahí sentad@s,
callad@s,
asumiendo el estrago,
de verdad,
levantaros,
fijaros en los
indignados.
Pero sigo,
sin ser interrumpido,
aguantando
sin haber demostrado nada,
recordad:
NO VALE TODO.
Cuestionaros
lo que nos separa,
mi voz acomodada
siendo escuchada,
observada y respetada
aunque sea
de mala gana.
Porque es lo
que se espera
de vosotr@s,
una sonrisa
restaurada
a pesar de
que yo,
no valga nada.
A día de hoy
sigo recitando
estas palabras
y nunca nadie
me ha juzgado
la extravagancia,
pero el día
que lo consiga,
resurgirá la "esperanza"
de callarse
esta boca santa
y me acompañareis
en la perseverancia.
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