te alcanzara
el Siglo de las Letras.
Piensas que la Luna
no pertenece a nadie
y dibujas Otoños
con carboncillo.
Hueles a corchea
de una partitura
todavía por escribir
de una tormenta
que te dará
las pistas que necesitas.
Sabes a hoja seca
y a camino precursor
de los deseos.
A cama desecha
y a champú desperdiciado.
Sabes a bienvenida,
a taquicardias,
a tinta...
Eres la mejor
esquizofrenia
y la mejor de las
segundas opciones
(siempre por encima
de las primeras).
También eres sexo
y victoria,
lucha de grises,
poema guardado.
Pareces el
humillo que
desprende el café,
las gotas que no
golpean el suelo
y un tren con
ganas de no llegar.
Te lías en ti y en el resto,
pero sobretodo en él y en ella,
nunca en vosotros.
Recuerdas a viaje
y a cita de besos
pintados los labios
con guitarras de fondo.
Serás verso
incomprendido
de aquellos
mortales
que logren
rozar tu espalda.
Me toca(s).
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