que utilizas para
ocultar la cobardía
de aquellos tiempos
antiguos que mostraron
a los modernos
como debían ser
en el futuro.
Siempre a regañadientes
con la mentira
entre las muelas
y el corazón sitiado
de buitres.
A veces talante mangante
de lo que luego vendes
por millones a pesar
de las emociones.
Curtido eufemista
que todo lo sabe
en cuanto a diplomacia
y protocolos vacíos
de una vida gris y plana (decía un cualquiera)
impuesta por ley.
Y yo mientras robando sueños y alguna que otra canción para ser condenado a soledad y marginado en cualquier gama, de un color, que dejó de serlo por despido improcedente de ilusiones.
Por si acaso
yo,
te condeno
a verme.
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