y sales TÚ MISMA
pero algo cambiada.
No sé si salirme de la tienda
o esconderme en la caída de tu falda.
Cataratas lavanda.
Ondas de gasa malvas.
Tu abuela llorando
y yo, brotado de creatividad
escalando el vestido
para coronar tu cuello desnudo.
Tendremos que emborrachar
a tu vestido para que me acepte
como la mejor opción.
Yo, los días 2 de cada mes,
celebro los 15 segundos que tardaste
en beberme por primera vez.
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