Ella es mi Congreso,
mi iglesia,
mi palacio.
Mi ventana abierta
por donde
caen las
migas de pan.
Es mi viaje,
mi retorno,
mi escalera.
La armónica,
el algodón,
los dados.
Mi semáforo,
mi bastón,
mi decálogo.
Una herramienta,
un chubasquero,
un polígono
de infinitos lados.
Mi velocidad,
mi ritmo,
mi descanso.
Aquel beso,
aquella huella,
aquello.
Mi pompa
de jabón,
frágil,
ganadora.
Mi redacción,
mi corrección,
mi punta
afilada
que defiende
a muerte
las causas justas.
Vuestra envidia,
vuestro deseo,
nuestra suerte.
La carretera
en obras
que te obliga
al desvío
para que tardes
más en recorrerla.
Mi banco,
mi homenaje,
mi refugio.
El tiempo
que ha pasado
como si nunca
hubiera pasado.
El filo,
el mañana,
el precipicio.
Mi gris
de variantes.
Un sueño
repetido.
El amor de mi vida,
la razón de mis días.
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