Me gustaría día a día
ir camino del trabajo
de la mano
con ella.
Entrar en el metro
y no necesitar excusa
para tocarnos
porque nos conocemos
de sobra.
Llegar a casa y
disfrutar de
una cena rápida
porque sólo
tenemos que preparar
nuestros cuerpos.
Contarnos cuentos
a media noche
con palabras
poco utilizadas
empalmando con
la hora de levantarse.
Y volver a madrugar
para revivir todos
los días en bucle
los mismos pasos,
los mismos besos,
los mismos...
pero sin separarnos
ni
una
puta
vez
más.
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