Un trabajo
que busca
favorecer
la conciliación
de sus usuarias
pero que al
mismo tiempo
no se lo ofrece
a quien
lo sostiene.
No es lo mismo
ser
que pertenecer
a las empresas.
Yo no soy
de ninguna
empresa
aunque sí
pertenezco
a una de ellas.
No hay empresas
buenas,
solo empresas
menos dañinas.
Al final
lo que importa
es la fuerza
de trabajo,
que no te hagan
pensar
lo contrario.
Algunas te dan
más alas
y otras
te las cortan
sin anestesia:
casi que prefiero
a las que van
de frente
aunque sean
más malas.
Porque lo que cuenta
es la verdad
y la transparencia.
No solo se vive
de palabras bonitas.
Se predica
con el ejemplo.
El hecho
de que los hechos
sirvan para algo.
Me la suda
lo políticamente
correcto
y las fachadas
desfasadas.
Hacer las cosas
como se han hecho
toda la vida
no es fallo
ni acierto,
dependerá
del contexto.
Cuando se vende humo
se tose fuerte
y se nubla la vista.
No me callo
ni me avergüenzo.
Ahora no.
Ahora menos que nunca.
Cuando te pierdes
las primeras
carcajadas.
Cuando no puedes
paliar
las altas fiebres.
Cuando desahucias
el necesario
acompañamiento
por leyes
mal hechas.
Hablo en general
y sin dianas.
Resultando
insuficientes
las conquistas
pasadas
y siendo incapaz
de superarlas.
Estanque de agua
inmóvil
sin vida
que alivie
el ambiente,
solo piedra
y fango
para consumirte
lentamente.
Entre comillas
y cogido con pinzas.
Flexibilidad horaria.
Tiempo que matar.
No soy de nadie
pero me debo
únicamente a él.
(escribiéndolo
camino al trabajo,
sin comillas)
Nota de autor: escrito un jueves 16 de Mayo del 2019, insisto, camino al trabajo, sin comillas.
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