por el nombre
de la protagonista
de un cuento infantil
pero,
nada más lejos de la realidad,
Sophia no es
un personaje,
Sophia es el
propio cuento.
La "Topi de Harrington"
como aquella
icónica prenda
con tartar escocés.
La única mujer
que conozco
que da el
apellido
a sus hijos.
Que nace
en Inglaterra
con acento
de Málaga.
Suele decir
que en su
adolescencia
no se arriesgó
en nada,
pero hay que
ser valiente
para tener
lo que tiene,
para conseguir
lo que ha conseguido.
Por ella
no pasa el tiempo
ni la tristeza.
Sus gafas,
su mapa;
su sonsrisa,
su estandarte.
Nunca repite
modelito.
Se casó
con veintipico
para decir
que lo hizo
de joven (con truco).
La única alegría
de un 11 de Septiembre.
Mi fiesta de disfraces
de primas ninfómanas.
Y lo hizo
con su Mesías,
el que le proporcionó
al aliento
que necesitaba.
Tuvieron
dos soles
con distinto
nombre;
dos estrellas
con actitud
anglosajona.
Y dos idiomas
para que nunca
se agoten
las palabras.
Otra que se marcha.
Otra que se va.
Estoy cansado
de que de mi,
se vayan las mejores.
Cierro el curso
como lo acabé
el año pasado,
diciendo adiós
y deseando
el hasta pronto.
Sophia se escribe
diferente.
No cuesta
enamorarse
de su nombre
ni de sus complejos,
ahora virtudes.
Si bien
te descubrí
en Febrero,
te conocí
en Diciembre
en días sueltos
y jornadas intensas.
La que es capaz
de reír en claustros.
La que te mira
tan lejos
para no caer
en el olvido.
La dispuesta
razón de calma.
La serenidad
que nos hace falta.
Y el ejemplo
de un horario
que no le hizo
justicia.
Que lo que
separa
el brexit
de Las Nubes,
lo unan
Los Juncos
de nuestra vida.
Porque venimos
del mismo sitio
y fueron las mismas
las que sin saberlo,
propiciaron
nuestro encuentro.
Y ahora
les toca
a nuestros hijos,
que inconscientes
nos regalan
que nos veamos
día a día (lo prometo, menos los Martes)
en los pasillos,
en los parques
y en la memoria.
De Vicálvaro
a Coslada
te construyo
en línea recta
un camino
de ida y vuelta
para refutar
mi teoría empírica
de que nuestros días
significan lo mismo.
_A Sophia Harrington_