No te voy a querer al que más

Y es verdad.
Porque 
de la sangre
se hace
el cuerpo,
un rumor
que ya es hecho,
una noticia
tan real
como el denso
camino
que le queda
para llegarnos.

No es un reproche,
ni una frivolidad,
¿a quién no
le pasaría lo mismo?

Si llevamos
toda la vida
queriéndonos
en exclusividad,
ese coto privado
ha de remunicipalizarse.
Dejar de ser
los protagonistas
está por debajo
de ser los
responsables
de los más
importantes
cuidados.
Un compromiso
vitalicio
de aciertos
y seguro
algún fracaso.

No me importa ser
al que ya no quieras

el que más,
igualmente
te estaré
agradecido
desde 
el útero
hasta 
la tumba.