Se puede volver de dos maneras:
La primera, arrepentido,
con los brazos caídos
y la cabeza agachada;
la segunda, convencido,
con los brazos abiertos
y la cabeza bien alta.
Ambas persiguen una segunda
oportunidad para quedarse.
Esto se materializa históricamente
según Marx, en:
acostarse temprano
cómo cuando
eras niñ@,
en apretarse fuerte
las manos adolescentes
y en agradecer cada
pequeño y mero detalle.
!Mentira! Eso no
lo dijo Marx,
lo digo yo,
casi lo mismo...
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