domingo, 22 de noviembre de 2015

Verídico

Este texto que estáis leyendo,
¡lo prometo!,
no hubiera existido
si al venir el tren
no se me hubiera caído
el cuaderno
que lo recoge.

Pensé en el abandono
y en el exilio,
en las soledades fumigadas
por patrones culturales,
en lo que dejé atrás
y no ha vuelto,
en los errores que me hicieron hombre
y en los aciertos que me hacen ser mujer.

Deshacerse de algo que estimas
es hacerse el muerto
mientras el otro
desaparece en arena.
¡Salta de vez en cuando!
cambia de ritmo
y esprinta
allí donde sólo
llegan un@s poc@s,
porque marcar
la diferencia
no consiste en gritar más alto,
sino en volar más bajo.

Aquel día en que se
me cayó el cuaderno
al andén,
no perdí un tren,
recuperé el trayecto.

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