La vieja política entendida
como el diente de leche
que se despoja
de la tradición
para consolidarse
enmascaradamente
con la pieza definitiva.
Echamos pus por la boca
y la ciudadanía
legitima con mano dura.
Ríos de sangre
y oportunidades
que se fueron
con el último tren
que perdimos.
Tienes dos puertas
entre las que elegir
y eliges;
acabas eligiendo
la que elige todo el mundo
y te jodes,
te tienes que joder.
Tenemos la mandíbula
desencajada de tanto
miedo a lo mismo
de siempre,
a la nada,
y a lo que llega nunca.
Gritamos sin ton ni son
porque ya nadie nos oye.
La ortodoncia es la
confluencia, dicen algun@s;
los besos sin carmín
dan la victoria,
pensamos otr@s.
El día que vino el Ratoncito Pérez
a recoger mi diente de leche,
le dije que se llevara mi boca entera.
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