miércoles, 23 de mayo de 2018

La alianza

Una alianza
es como mínimo
entre dos partes,
personas o bandos,
pero también
puede ser 
entre cosa
y humanidad.

La mía simboliza
las hazañas
y sucesos
del 3 de Marzo,
heroína con capa.
La que me recuerda
a mi madre,
la que trasciende
a los años.

No hubo
periodo de adaptación
porque encajó
como si siempre
hubiera estado.
Me la toco
y la beso,
la abrigo
y la quiero,
defiendo
su existencia,
contenido
y significado:
"No tiene fuerzas para rendirse"

La perdí durante
24 horas
y el planeta
se puso del revés.
Me pudo 
el ego
y el disgusto.
La pensé
y busqué
con desesperación
y apenas
esperanza.
Me dolió mucho
pero no haber
empezado
el duelo.

Y en el último
momento,
justo cuando
iba a aceptar
la derrota,
la encontré
en "mi lado de la cama"
bajo la almohada
¿cómo no lo 
pensé antes?

Mi egoísmo
me nubló,
mi sentido
de la posesión
me cegó.

Aquel día que
que me levanté
temprano,
ella solo
quería descansar,
darse un
respiro
por méritos 
propios,
amanecer a horas
tardías
con café solo
y sin compañía.

Ella sabía
que la encontraría
tras su día
de asuntos propios
y yo
me dí cuenta 
que no lo puedo
controlar todo,
que el azar
también importa
y que mis pasos
no tienen 
por qué
ser siempre
los suyos.

Al mismo tiempo
que la encontré,
me reconforté
y entendí
la lección del día.
Dependo tanto
de los demás
como creo
que los demás
dependen de mi.

A media noche,
rebajado y humilde,
me exilié
al sofá
a modo
de redención.

Dormimos juntas,
desarropadas
y con una
anécdota
nueva que contar.

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