"Gigante y tan pequeño aún"
Te conocimos
con acierto
y un poco
de vértigo.
Eso de mirar
siempre arriba
para poder verte,
los pies
quedan lejos,
sujetos a
tus brazos.
Marinero
que rima
en la cresta
de la ola,
sabes
a momentos
de fotografías
imposibles.
Tu alejandrina
elegancia
para fusilar
con pareados.
Ocurrencias
inéditas,
la certera
creencia
de tus punitivas
letras,
la mente
en colapso
al regocijarse
tus labios.
Y es que
eres grande,
mi ego,
por ende,
mi tocayo.
El ritual
del poema
te incluye,
no por
compromiso,
sino por
méritos propios.
Que quede claro:
te llamamos
Jarocho,
nos coges
al vuelo,
somos tus trozos.
La Kuadrilla
defiende
con armas
y dientes,
celebro
tu presencia,
tus años,
mi pariente;
ya lo dice
el título:
eres gigante,
y no solo
literalmente,
pues también
metafóricamente,
te deseo
noches
aguardiente.
Te lo dije
un 3 de Marzo,
no tienes
horizonte,
hoy
no nos tumba
el Jager,
somos combatientes.
lunes, 28 de mayo de 2018
miércoles, 23 de mayo de 2018
La alianza
Una alianza
es como mínimo
entre dos partes,
personas o bandos,
pero también
puede ser
entre cosa
y humanidad.
La mía simboliza
las hazañas
y sucesos
del 3 de Marzo,
heroína con capa.
La que me recuerda
a mi madre,
la que trasciende
a los años.
No hubo
periodo de adaptación
porque encajó
como si siempre
hubiera estado.
Me la toco
y la beso,
la abrigo
y la quiero,
defiendo
su existencia,
contenido
y significado:
"No tiene fuerzas para rendirse"
La perdí durante
24 horas
y el planeta
se puso del revés.
Me pudo
el ego
y el disgusto.
La pensé
y busqué
con desesperación
y apenas
esperanza.
Me dolió mucho
pero no haber
empezado
el duelo.
Y en el último
momento,
justo cuando
iba a aceptar
la derrota,
la encontré
en "mi lado de la cama"
bajo la almohada
¿cómo no lo
pensé antes?
Mi egoísmo
me nubló,
mi sentido
de la posesión
me cegó.
Aquel día que
que me levanté
temprano,
ella solo
quería descansar,
darse un
respiro
por méritos
propios,
amanecer a horas
tardías
con café solo
y sin compañía.
Ella sabía
que la encontraría
tras su día
de asuntos propios
y yo
me dí cuenta
que no lo puedo
controlar todo,
que el azar
también importa
y que mis pasos
no tienen
por qué
ser siempre
los suyos.
Al mismo tiempo
que la encontré,
me reconforté
y entendí
la lección del día.
Dependo tanto
de los demás
como creo
que los demás
dependen de mi.
A media noche,
rebajado y humilde,
me exilié
al sofá
a modo
de redención.
Dormimos juntas,
desarropadas
y con una
anécdota
nueva que contar.
es como mínimo
entre dos partes,
personas o bandos,
pero también
puede ser
entre cosa
y humanidad.
La mía simboliza
las hazañas
y sucesos
del 3 de Marzo,
heroína con capa.
La que me recuerda
a mi madre,
la que trasciende
a los años.
No hubo
periodo de adaptación
porque encajó
como si siempre
hubiera estado.
Me la toco
y la beso,
la abrigo
y la quiero,
defiendo
su existencia,
contenido
y significado:
"No tiene fuerzas para rendirse"
La perdí durante
24 horas
y el planeta
se puso del revés.
Me pudo
el ego
y el disgusto.
La pensé
y busqué
con desesperación
y apenas
esperanza.
Me dolió mucho
pero no haber
empezado
el duelo.
Y en el último
momento,
justo cuando
iba a aceptar
la derrota,
la encontré
en "mi lado de la cama"
bajo la almohada
¿cómo no lo
pensé antes?
Mi egoísmo
me nubló,
mi sentido
de la posesión
me cegó.
Aquel día que
que me levanté
temprano,
ella solo
quería descansar,
darse un
respiro
por méritos
propios,
amanecer a horas
tardías
con café solo
y sin compañía.
Ella sabía
que la encontraría
tras su día
de asuntos propios
y yo
me dí cuenta
que no lo puedo
controlar todo,
que el azar
también importa
y que mis pasos
no tienen
por qué
ser siempre
los suyos.
Al mismo tiempo
que la encontré,
me reconforté
y entendí
la lección del día.
Dependo tanto
de los demás
como creo
que los demás
dependen de mi.
A media noche,
rebajado y humilde,
me exilié
al sofá
a modo
de redención.
Dormimos juntas,
desarropadas
y con una
anécdota
nueva que contar.
jueves, 17 de mayo de 2018
No solo se ganó la UEFA
Esa noche no solo se ganó la UEFA.
La gente frente
a sus televisores
nerviosa
primero,
y en las calles
celebrándolo
después,
no sabían
lo que iba
a ocurrir
en paralelo.
Sin tener que ver
con el fútbol,
la madre,
atletista,
se preparaba
para el mayor
esfuerzo
de su vida,
para el más
bonito
que cualquiera
pudiera imaginar;
el padre,
madridista,
no pensó
ni un momento
en un partido
que le era ajeno
sino en el suyo
propio,
el más duro
y el más
esperanzador,
el de la bienvenida,
el de la acogida
y el acompañamiento.
La Kuadrilla
durmió
aquella noche
a la espera
del duodécimo
campo.
El cielo creció
para abastecer
la extensión
que llevábamos
meses esperando.
Y ocurrió.
El nuevo campo
se desplegó
para recibirnos
antes él
a nosotras.
Nos dio
la primera
lección de vida
con apenas
unos segundos
de existencia.
Un día dije:
"Que no se
te olvide nunca
los que hace mucho
ya se morían por verte".
Pues ese día ha llegado
y ahora nos toca
jugar el partido
de quererte.
La gente frente
a sus televisores
nerviosa
primero,
y en las calles
celebrándolo
después,
no sabían
lo que iba
a ocurrir
en paralelo.
Sin tener que ver
con el fútbol,
la madre,
atletista,
se preparaba
para el mayor
esfuerzo
de su vida,
para el más
bonito
que cualquiera
pudiera imaginar;
el padre,
madridista,
no pensó
ni un momento
en un partido
que le era ajeno
sino en el suyo
propio,
el más duro
y el más
esperanzador,
el de la bienvenida,
el de la acogida
y el acompañamiento.
La Kuadrilla
durmió
aquella noche
a la espera
del duodécimo
campo.
El cielo creció
para abastecer
la extensión
que llevábamos
meses esperando.
Y ocurrió.
El nuevo campo
se desplegó
para recibirnos
antes él
a nosotras.
Nos dio
la primera
lección de vida
con apenas
unos segundos
de existencia.
Un día dije:
"Que no se
te olvide nunca
los que hace mucho
ya se morían por verte".
Pues ese día ha llegado
y ahora nos toca
jugar el partido
de quererte.
_A mi duodécimo campo_
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